lunes, 18 de enero de 2010


La alegría de la vida deriva de expresarnos, de correr riesgos, de aventurarnos. No todo el mundo te amará, pero tú si puedes amar a quien desees. Tal vez no quieres que te lastimen pero es mucho mejor sufrir con la idea de que diste todo lo mejor que podías ofrecer. Los únicos que realmente sufren son aquellos que saben que las cosas pudieron haber sido mucho mejores, mucho más emocionantes, mucho más bellas; pero no lo fueron