Nuestra vida, como un cuento, está llena de personajes que le dan sentido, de amigos que llegan y, a veces, también se van. Pero muchas de estas amistades no desaparecen para siempre. Podemos recuperarlas y rescatar así partes muy valiosas de nuestra historia. Si miramos hacia nuestro pasado y pensamos en todas las amistades que hemos tenido, seguramente se despertarán en nosotros sentimientos muy variados. Con ellas compartimos ilusiones, lugares, aficiones, gustos, valores... En definitiva, experiencias que nos enriquecieron y nos hicieron como somos. Probablemente muchas de estas amistades se perdieron en el camino, mientras que otras sobrevivieron. Los amigos forman parte de nuestra identidad.
Si los perdemos, perdemos también una parte de nosotros.
Por esta razón es tan positivo recuperar las amistades valiosas, porque con ellas recuperamos pedazos olvidados de nuestra historia pasada y podemos vivir con más intensidad el presente.